Qué hacer en Fuerteventura cuando estás de vacaciones

Qué hacer en Fuerteventura cuando estás de vacaciones

La belleza deslumbrante de Fuerteventura

La isla de Fuerteventura cautiva con la belleza de sus paisajes volcánicos y arenosos. Kilómetros de costa virgen con playas vírgenes y un clima seco y soleado perfecto para relajarse y desconectar. Sus habitantes destacan por su amabilidad y hospitalidad.

El plan mañanero

Desde la terraza del hotel Secrets Bahía Real, en Corralejo, al norte de la isla, se divisa el cercano islote de Lobos bañado por el resplandor anaranjado del amanecer. Más allá, cometas de vivos colores surcan el cielo sobre las Dunas de Corralejo mientras los amantes del kitesurf aprovechan el viento constante de la zona. Es la estampa perfecta para comenzar el día.

Muchos turistas aprovechan para embarcar en viajes en catamarán a la isla de Lobos, donde se puede bucear con tubo para observar los fondos marinos y su vida subacuática. Otra opción es caminar por los senderos de la isla para conocer su faro y las ruinas de antiguas construcciones de pescadores. En el camino es fácil toparse con algunas de las focas monje del Mediterráneo que habitan sus costas.

De vuelta a Corralejo, merece la pena probar suerte con el surf, windsurf o kitesurf. Hay varias escuelas, como Wildsurf o Flag Beach, con instructores expertos que enseñan a domar las olas, ideales para principiantes.

Dunas, volcanes y miradores

Al sur de Corralejo se extiende el Parque Natural de las Dunas de Corralejo, el mayor campo de dunas de Canarias. Se puede recorrer a pie o en coche, adentrándose en este desierto de finísima arena blanca con forma de media luna entre el mar y la montaña. En algunos puntos aflora la roca volcánica de la isla.

Uno de los volcanes que se puede visitar es el de la Montaña Roja, de 312 metros de altura. Se tarda unas 3 horas en completar el sendero circular desde la base, pero las vistas desde la cima bien lo valen. Hacia el interior también merecen la pena el Mirador de Vallebrón, con vistas al mítico monte Tindaya, y el Monumento a Miguel de Unamuno en Montaña Quemada, desde donde se aprecia el paisaje árido y desértico que inspiró al escritor.

Sabores de El Cotillo

En la costa oeste se encuentra El Cotillo, pintoresco pueblo marinero famoso por la calidad de sus mariscos y quesos. Sus blancas casas frente al azul turquesa del mar y su faro en Punta del Tostón son una estampa idílica.

Sus restaurantes frente al mar, como El Mirador o La Vaca Azul, son parada obligatoria para los amantes de la buena mesa. No hay que irse sin probar el pescado y marisco fresco de la zona y el tradicional queso majorero, elaborado con leche de cabra.

Ocaso en Calderón Hondo

Uno de los mejores lugares para disfrutar de las puestas de sol es el volcán Calderón Hondo. Se tarda sólo 20 minutos en llegar caminando a su cima desde el aparcamiento. Desde allí se divisan unas vistas espectaculares del malpaís de Bayuyo teñidas de rojo anaranjado. En días despejados se pueden ver incluso las islas de Lanzarote y Lobos.

El cráter tiene 70 metros de profundidad y está rodeado por un borde acantilado. Da vértigo asomarse a su interior o rodearlo caminando por la orilla. Es mejor dejarse guiar por uno de los expertos de Kalitravel para no perder detalle de este impresionante volcan.

Cena bajo las estrellas

Tras la puesta de sol, una excelente opción es cenar en el restaurante Chozo del hotel Secrets Bahía Real, donde se puede saborear cocina de autor, como la paletilla de cabrito, mientras se admiran unas vistas espectaculares.

Otra posibilidad es MuanaMboka, una experiencia gastronómica única de cocina africana fusión en un paraje solitario del interior. Sus platos, como el pulpo de Fuerteventura con salsa de plátano canario, son toda una explosión de sabor.

Fuerteventura está certificada como Reserva Starlight por la nitidez de sus cielos nocturnos cuajados de estrellas. Es el complemento perfecto a una velada inolvidable en esta isla mágica. Se pueden observar las constelaciones a simple vista o a través de los potentes telescopios de Astrociencia Nómada.

Rincones por descubrir

Más allá de los lugares más turísticos, Fuerteventura still tiene auténticas joyas por descubrir. Una de ellas es Betancuria, la primera capital de la isla, fundada en 1405. Pasear por sus calles empedradas y visitar monumentos como la Casa Museo del Mayorero es como retroceder en el tiempo.

También merecen una visita las Salinas del Carmen, la mayor salina artesanal de Canarias, para conocer el ancestral proceso de obtención de la sal. O los caseríos de La Pared y Vega de Río Palmas, con apenas un puñado de casas tradicionales majoreras de techo plano y gruesos muros de piedra volcánica.

Lugares fuera de los circuitos turísticos habituales donde respirar la esencia más auténtica de Fuerteventura. Rincones que guardan historias fascinantes por descubrir.

Un paraíso natural

Además de sus impresionantes paisajes volcánicos, Fuerteventura alberga ecosistemas únicos y una rica biodiversidad. Sus aguas son transitadas por más de 20 especies de cetáceos, como delfines mulares, calderones tropicales o rorcuales aliblancos, visibles desde numerosos avistamientos organizados.

En tierra firme, destaca la colonia de más de 300 ejemplares de foca monje del Mediterráneo que habita la isla de Lobos. O las miles de aves que utilizan Fuerteventura como lugar de descanso en sus rutas migratorias entre África y Europa.

Por último, en los oasis formados la umbría de las montañas viven especies endémicas únicas, como la lagartija majorera o el ratón moruno. Auténticas joyas naturales que convierten a Fuerteventura en todo un paraíso ecológico.

Planificando el viaje

Con más de 150 kilómetros de largo, es imposible recorrer toda la isla en un solo día. Se recomienda planificar el viaje con al menos una semana para poder visitar sus rincones más emblemáticos sin agobios.

La temperatura media anual es de 22°C, por lo que se puede viajar en cualquier época del año. Eso sí, conviene llevar protección solar, gafas de sol y gorra, ya que el sol y el viento son intensos.

Para moverse por la isla lo mejor es alquilar un coche. Las carreteras son amplias y en buen estado. Otra opción es contratar excursiones guiadas a lugares de interés como los volcanes o avistamientos de cetáceos y reservar taxi o guagua para desplazamientos más cortos.

En cuanto al alojamiento, Fuerteventura dispone de una amplia oferta, desde apartamentos vacacionales hasta resorts de lujo. Cadenas hoteleras como Barceló, RIU o Iberostar cuentan con establecimientos tanto en la costa como en el interior.

Para llegar, la isla dispone del Aeropuerto de Fuerteventura, con vuelos directos a destinos nacionales e internacionales operados por compañías como Ryanair, Vueling o Iberia Express. Esta última conecta la isla con Madrid hasta 15 veces por semana por tan solo 30€ el trayecto.

Una vez en Fuerteventura, merece la pena escaparse un día a la cercana isla de Lanzarote, declarada Reserva de la Biosfera, para contemplar sus originales paisajes volcánicos.

En definitiva, con sus contrastes de blanco, negro y azul turquesa, sus dunas infinitas, la amabilidad de sus gentes y la posibilidad de practicar deportes acuáticos con viento constante, Fuerteventura se postula como un destinoideal para una escapada en cualquier época del año.

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